martes, 11 de noviembre de 2008

viernes, 3 de octubre de 2008

ARAVENSTUFF: Tim Burton


Las escaleras torcidas, los personajes extraños y el humor negro e irónico de un cadaver parlanchín definitivamente son lo mio, es por eso que siento gran predilección por el maestro que da vida a estas irreverentes historias, a los aterradores pero divertidos personajes y a todo el mundo creado en la cabeza de Tim Burton.

Aún recuerdo cuando vi mi primera película de Tim, tenía 6 años y había visto un poster de muñecos de plastilina. "Esa quiero" dije, la amiga de mi mamá que era quien me había llevado al cine se mostró insegura pero aún así pagó la entrada. La película se llamaba "Pesadilla antes de navidad". Y bueno, no mentiré, al principio me asustó y peor aún cuando mi acompañante se quedó dormida dejándome víctima de Jack, el lindo muñeco de plastilina que ¡oh sorpresa! resultó ser un cadaver. Pero, conforme pasaba la historia me quedé prendada. Era extraño sí, no como las películas infantiles que estaba acostumbrada a ver con osos cariñosos saltando por ahí. Era extraño pero a la vez fascinante. La música, la animación y sobre todo las formas de la ambientación me encantaron, nunca antes había visto una puerta derretida o un monte en espiral, simplemente era precioso.

Siguiendo la misma línea alquilamos un día Beetlejuice y con eso me perdí. Desde ese día decía el nombre de las cosas tres veves sólo para ver si aparecían y estaba segura de que la puerta hacia el no mundo se encontraba por algún lugar escondido en mi ropero. Sabía que amaría las películas de Burton durante toda mi vida y por 15 años eso ha sido más que cierto. Desde "El joven manos de tijera", pasando por la bellísima "Big Fish" hasta llegar a la endemoniada "Sweeney Todd" Burton siempre me ha dado todo lo que he querido. Él no me falla (descontemos "El planeta de los simios") y más importante aún, él me entretiene y me inspira a garabatear mundos similares y personajes propios.

No sólo me conformo con esperar una de sus películas (una vez al año si tengo suerte), sino que busco todo el material que él pueda haber creado desde dibujos hasta cortos animados. Es más, podría decir que soy más fanática de ellos que de las mismas películas. El niño con ojos de clavo, stain boy, frankeweene y por supuesto Vincent son sencillamente geniales. De este último me enamoré y junto con mi mejor amiga (otra acérrima fan) gastamos cerca de 30 soles en plastilina que daría vida a "Ente" nuestro pequeño hijo "timburtiano" protagonista de muchos slow motions que nunca verían la luz.

No hay que quitarle créditos a las dos personas que casi siempre han acompañado a este director y han fungido de una suerte de musas de la inspiración: Jhonny Depp y Danny Elfman. Por más inverosímil que parezca me gustan ambos por igual (claro que Depp en otros y variados sentidos), Elfman es quien le da los toques siniestros y extavagantes a sus películas mediante su música. Y si no lo recuerdan, él también creó el ícono musical mundialmente conocido con "Los Simpson".

Y bueno, puede que Tim no tenga un oscar en su haber (hasta ahora) pero para mí sigue siendo el mejor director que he visto sólo por el hecho de atreverse a ser original y auténtico como ningún otro.

Con ustedes Vincent. Ojalá nos encontremos en el no mundo.





Si quieren saber más de Tim entren a http://www.timburtoncollective.com/

domingo, 10 de agosto de 2008

ARAVENSTUFF : VIAJES



¿Ir a la casa de un tío que casi no conozco en un viaje de hora y media en el asiento trasero del carro de papá, totalmente aplastada entre mi primo gordito, mi tía y mi mamá? ¡Seguro!
A veces en esos viajes que cada familión tiene de vez en cuando se vislumbra una suerte de cambio que convierte un potencial día aburrido en uno que a tus veinte años y lejos de disfrutar salidas en familia, terminas queriendo que no se termine. "¡Un ratito más, papá!" me sorprendí a mi misma gritar mientras saltaba en la cama elástica en un arrebato de 'niñismo' único y no experimentado en años. Es que la casa de mi tío era genial: tenía juegos, cancha de fútbol, piscina, sauna, casa del árbol y ese algo que me dejó con ganas de ser la hija de mi tío lejano: un tren con piano, minifutbol y mesa de ping pong. Ahora, soy yo la que pregunta ¿Cuándo vamos a la casa de mi tío? ...

Y sin embargo, en lugar de llevarme a ese club que tiene mi tío por casa el 28 de julio, papá decidió llevarnos a comer pachamanca a toda la familia incluyendo a mi enamorado. No necesito decir que la sonrisa la llevaba más grande que la del Guasón. Terminando la riquísima comida en "Mesa de piedra" nos aventuramos como buenos citadinos a "perdernos" entre el misticismo de una huaca local. Grande fue la sorpresa al encontrar pedazos de telares semienterrados entre las ruinas. Más grande fue aún cuando al tratar de sacar uno jalamos accidentalmente un mechón de cabello fijamente sujeto a un cráneo. ¡Feliz 28!

En esa otra ocasión fue ¡Feliz Año Nuevo! Este año lo decidí recibir con mis mejores amigos, mi hermano y mi chico en mi casa de Canta. Con todo y trepada de cerro, casi suicidio por seguir una ruta de cabra y un sueño terrible que nos hizo acostar a la 1 am del 1 de enero, ese viaje fue y será uno de los mejores que experimenté. ¿Será por estar 3 días fuera del alcance de los viejos? ¿Quién sabe? Lo cierto es que ahora para cualquier cosa la gente dice: "Porsiaca, Alice tiene casa en Canta".

Y si Canta te encanta, ¡Cusco aún más! El año pasado cumplí el sueño de todo compatriota: me fui al Cusco. Por supuesto fue un viaje familiar, como hacía años que no lo hacíamos solo mamá, papá, mi hermano Jorge y yo. Ya instalados ahí sentí como ese orgullo inca dormido en todos nosotros se apoderaba de mí. Yo me alucinaba poco más y una ñusta en medio de todos esos turistas extranjeros que no podían experimentar como yo la dicha de "volver a sus raíces". En medio de esa alucinación decidí ¿Cómo no? intentar bajar esas escaleras que años atrás bajaran los habitantes de la gloriosa ciudadela de mis antepasados. Gracias alInti que logré la foto justo antes que me gritaran "¡los turistas no pueden bajar por ahí!"

Espera, turista no: periodista. Así decidimos irnos Carlitos (el perrito de Telmex), Carolina, Javier, Ingrid y yo a ese pueblito limeño llamado Antioquía. Mismos reporteros de la Nat Geo visitamos los lugares turísticos, nos empapamos en los problemas locales, hablamos con el alcalde del pueblo y por supuesto compartimos con los "nativos" del conocido pueblo retablo. ¿El motivo? un trabajo de Comunicación Turística ¿La nota? 13 ¡vaya reporteros!